El periodo formativo americano se relaciona con el neolítico europeo o asiático. Sin embargo, mientras en el Viejo Mundo las formas sedentarias y urbanas se adoptaron con bastante rapidez, en América el proceso duró casi cuatro milenios. A medida que se fue incrementando el número y la variedad de especies cultivadas por los pueblos prehistóricos, y que las reservas de alimentos disponibles estuvieron en condiciones de garantizar la subsistencia, la caza fue perdiendo importancia.
En esa época se produjeron algunos progresos tecnológicos vinculados al regadío: acequias para el riego; diques para almacenar y regular la utilización del agua; y terrazas en las laderas de las montañas, para un mejor aprovechamiento de la tierra. La construcción de grandes obras públicas no hubiera sido posible sin importantes mecanismos de coacción social que permitieron disciplinar la fuerza de trabajo. La creciente especialización produjo mayores excedentes alimentarios, que eran almacenados durante periodos prolongados, lo que aumentó los flujos comerciales, especialmente los de larga distancia. La respuesta más común frente al crecimiento demográfico y la menor disponibilidad de recursos era la migración de parte del grupo en búsqueda de nuevas tierras de cultivo. Las comunidades agrarias se urbanizaron y se asentaron en pueblos y ciudades, donde se desarrollaron las “altas culturas”, en un proceso que podríamos denominar de “surgimiento de las civilizaciones”. Las regiones más destacadas fueron Mesoamérica, donde se desarrollaron los Olmecas, Teotihuacanes y Zapotecas; y la región de los Andes Centrales o región Andina, donde existieron culturas como Chavín de Huantar, Moche, Nazca y Tiahuanaco. Todas estas culturas van a influir fuertemente a otras posteriores.
En esa época se produjeron algunos progresos tecnológicos vinculados al regadío: acequias para el riego; diques para almacenar y regular la utilización del agua; y terrazas en las laderas de las montañas, para un mejor aprovechamiento de la tierra. La construcción de grandes obras públicas no hubiera sido posible sin importantes mecanismos de coacción social que permitieron disciplinar la fuerza de trabajo. La creciente especialización produjo mayores excedentes alimentarios, que eran almacenados durante periodos prolongados, lo que aumentó los flujos comerciales, especialmente los de larga distancia. La respuesta más común frente al crecimiento demográfico y la menor disponibilidad de recursos era la migración de parte del grupo en búsqueda de nuevas tierras de cultivo. Las comunidades agrarias se urbanizaron y se asentaron en pueblos y ciudades, donde se desarrollaron las “altas culturas”, en un proceso que podríamos denominar de “surgimiento de las civilizaciones”. Las regiones más destacadas fueron Mesoamérica, donde se desarrollaron los Olmecas, Teotihuacanes y Zapotecas; y la región de los Andes Centrales o región Andina, donde existieron culturas como Chavín de Huantar, Moche, Nazca y Tiahuanaco. Todas estas culturas van a influir fuertemente a otras posteriores.
Adaptado de Malamud, Carlos. Historia de América. Alianza Editorial. 2007.
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