Hoy, con más de la mitad de la población mundial viviendo en áreas urbanas, se puede decir que este es el siglo urbano. La armonía urbana nunca había sido más importante. Las ciudades representan algunos de los mayores desafíos para la humanidad, desde la contaminación y las enfermedades hasta el desempleo y la carencia de viviendas. Pero las ciudades también son el escenario de rápidos y dramáticos cambios, los que no son solo posibles sino también esperables. Así mismo, las áreas urbanas presentan oportunidades reales para incrementar la eficiencia del uso de energía, reducir las brechas en el desarrollo y mejorar la calidad de vida en general. Los gobiernos nacionales y locales pueden promover una urbanización armónica y apropiada, persiguiendo metas de desarrollo urbano equitativo y estrechando las estructuras y los procesos de política urbana. La historia demuestra que las políticas urbanas integradas pueden ser una vía sólida hacia el desarrollo.
Contrariamente a la opinión pública, la inequidad y el uso de energías no sustentables no son aspectos inevitables del desarrollo urbano, y tampoco son necesarios para la urbanización y crecimiento económico. Las ciudades pueden progresar en el bienestar de sus habitantes mientras que se logra la equidad social y se promueve el uso sustentable de recursos. En la actualidad, muchas ciudades pequeñas, bien administradas, en el mundo desarrollado así como en el mundo en vías de desarrollo, están experimentando un rápido crecimiento, entregándonos la posibilidad de evitar la pobreza y crear espacios saludables donde las personas puedan prosperar.
Adaptado de Ban Ki-moon. State of the world cities 2008-2009. Harmonious Cities, 2008
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