jueves, 11 de diciembre de 2014

La Feminización de la pobreza en Chile

Quizás la “feminización de la pobreza” —o predominio creciente de las mujeres entre la población más vulnerable— sea una expresión no conocida por todos, pero en las últimas décadas se ha ocupado para connotar el creciente empobrecimiento material de las mujeres, el empeoramiento de sus condiciones de vida y la vulneración de sus derechos fundamentales.

En este mismo contexto lo entendieron los países asistentes a la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995, donde la erradicación de la pobreza fue identificada como uno de los 12 puntos de acción que requieren atención especial y medidas por parte de la comunidad internacional, los gobiernos y la sociedad civil. En esta reunión los gobiernos reconocieron además que algunos aspectos de la pobreza están vinculados al género, lo que ha servido para que los Estados reorienten sus políticas de erradicación de la pobreza, específicamente hacia las necesidades de la mujer y especialmente hacia las zonas rurales. También en el último tiempo a la pobreza se le ha dado una definición más amplia, en la que no sólo se toman en cuenta las necesidades básicas mínimas, sino que se incluye la denegación de oportunidades y opciones.

Prólogo al libro “El Ladrillo”

En 1956 se firmó un convenio entre la Pontificia Universidad Católica de Santiago de Chile y la Universidad de Chicago por el cual un grupo de alumnos seleccionados irían becados a esta última para realizar estudios de posgrado en Economía. El objetivo era dotar a la Universidad Católica de un grupo de por lo menos cuatro profesores de jornada completa que tuvieran un riguroso entrenamiento en Ciencias Económicas. Así fue como a partir de octubre de 1958 se produjo una profunda transformación en la enseñanza en la Universidad Católica. Producto del prestigio académico alcanzado, en 1967 y 1968 se organizó un curso de Economía especialmente diseñado para empresarios. Este curso se dictó en las oficinas de la Sociedad de Fomento Fabril y a él concurrieron los empresarios más representativos e importantes del país. La convivencia entre académicos y empresarios fue recíprocamente enriquecedora y produjo como resultado el que éstos propusieran a un grupo de nuestra Escuela de Economía su participación en la elaboración de un programa económico para el candidato señor Jorge Alessandri.

El impacto de la Gran Depresión y la industrialización basada en la sustitución de importaciones

Un informe de la Liga de las Naciones demostró que Chile fue el país más golpeado por la Gran Depresión. Tomando como referencia el promedio de los años 1927-1929, la situación económica en 1932 era la siguiente: el PGB cae en un 38,3%; el nivel de exportaciones e importaciones se reduce en 78,3% y 83,5%, respectivamente. Esto condujo al brusco abandono de la estrategia orientada a la exportación de recursos naturales. Ello no obedeció a una motivación ideológica, sino que fue una imposición de la naturaleza y gravedad de los problemas económicos generados por la Gran Depresión: seguir apoyándose en las exportaciones como el sector líder que mantuviera en movimiento la economía nacional, no era ya posible. El efecto perjudicial de los shocks externos evidenciaba cuán vulnerable era la economía chilena. 


Factores explicativos del crecimiento económico

El proceso de ahorro-inversión y la incorporación de la tecnología moderna constituyen los determinantes principales del crecimiento económico. En general, bajos niveles de ahorro inducen bajas tasas de crecimiento económico. Pero, ¿a qué se deben las bajas tasas de ahorro? Hay distintas explicaciones, no excluyentes entre sí: a) Una economía subdesarrollada, con un bajo nivel de ingreso, tendrá una capacidad de ahorro reducida. Este ahorro disminuye aún más si crece la población. b) Individuos de distintas sociedades tienen distintas actitudes psicológicas frente al ahorro. c) La propensión a ahorrar es mayor entre los empresarios que entre los trabajadores; luego, en un contexto en el que los trabajadores posean un elevado poder de negociación se tenderá a una redistribución del ingreso hacia mayores niveles relativos de remuneraciones, generándose un menor nivel total de ahorro. d) La existencia o no de ciertas instituciones específicas, como el sistema previsional y grandes corporaciones, puede afectar significativamente el nivel de ahorro. 

Pero, para que una economía crezca, también es condición necesaria la inversión. El ahorro generado en una economía puede no ser reinvertido en el país; es tradicionalmente el caso de las utilidades remitidas al exterior por las empresas extranjeras. El nivel de inversión depende de distintos factores, como la existencia del empresariado y de proyectos rentables, la posibilidad de acceso de los empresarios a un mercado de capitales, interno o externo, que facilite la concreción de esos proyectos. Por último, un contexto económico y político estable, con reglas definidas, es un elemento positivo para la inversión. 

Prosperidad económica y social en Singapur

Desde su independencia de Malasia, en 1965, Singapur se convirtió rápidamente en uno de los países con los más altos niveles de crecimiento económico y de bienestar social de Asia Pacífico. Al igual que muchos países desarrollados, la economía de Singapur experimentó un proceso de cambio estructural al pasar de una estructura industrial básica a una de alta tecnología y alto valor agregado y, posteriormente, a los servicios especializados. Sin embargo, este proceso se ha caracterizado por una activa presencia del Estado a fin de fomentar y orientar el crecimiento económico y la internacionalización de su economía.

De acuerdo con Castells (1999), a partir de su independencia de Malasia, en 1965, el gobierno de Singapur comprendió que el pequeño y empobrecido territorio podía salir adelante sólo si lograba convertirse en una plataforma de exportación para las empresas transnacionales. Empero, para alcanzar este objetivo las autoridades del país consideraron que tenían que buscar los incentivos necesarios para atraer capital extranjero y recurrir a una planificación estratégica para la futura conducción de la economía. Fue así como, tras la represión y el desmantelamiento de los sindicatos independientes, el nuevo gobierno rápidamente pudo ofrecer al capital extranjero un entorno empresarial favorable, bajos costos laborales, mano de obra capacitada con dominio del inglés, una legislación social y medioambiental más flexible para la empresa, una eficiente infraestructura de transporte y comunicaciones, parques industriales construidos por el gobierno, una política fiscal estable y, algo por demás importante, estabilidad política y social.