jueves, 11 de diciembre de 2014

Prosperidad económica y social en Singapur

Desde su independencia de Malasia, en 1965, Singapur se convirtió rápidamente en uno de los países con los más altos niveles de crecimiento económico y de bienestar social de Asia Pacífico. Al igual que muchos países desarrollados, la economía de Singapur experimentó un proceso de cambio estructural al pasar de una estructura industrial básica a una de alta tecnología y alto valor agregado y, posteriormente, a los servicios especializados. Sin embargo, este proceso se ha caracterizado por una activa presencia del Estado a fin de fomentar y orientar el crecimiento económico y la internacionalización de su economía.

De acuerdo con Castells (1999), a partir de su independencia de Malasia, en 1965, el gobierno de Singapur comprendió que el pequeño y empobrecido territorio podía salir adelante sólo si lograba convertirse en una plataforma de exportación para las empresas transnacionales. Empero, para alcanzar este objetivo las autoridades del país consideraron que tenían que buscar los incentivos necesarios para atraer capital extranjero y recurrir a una planificación estratégica para la futura conducción de la economía. Fue así como, tras la represión y el desmantelamiento de los sindicatos independientes, el nuevo gobierno rápidamente pudo ofrecer al capital extranjero un entorno empresarial favorable, bajos costos laborales, mano de obra capacitada con dominio del inglés, una legislación social y medioambiental más flexible para la empresa, una eficiente infraestructura de transporte y comunicaciones, parques industriales construidos por el gobierno, una política fiscal estable y, algo por demás importante, estabilidad política y social.


Yuen y Lim (2000) sostienen que el tipo de empresas que la nación pudo atraer en la etapa inicial fue básicamente industrias intensivas en mano de obra poco calificada. Sin embargo, en su afán por alcanzar un rápido desarrollo, Singapur pronto logró conformar una estructura industrial y social que sirviera de soporte para su posterior desarrollo económico. Esto le permitiría alcanzar, a principios de los años ochenta, niveles de pleno empleo o empleo total, dotar a su población de vivienda en urbanizaciones públicas estatales y establecer sistemas estatales de educación y otros servicios básicos.


Una vez cumplida esta primera etapa de su desarrollo, y ante el empuje de otras economías como Taiwán y Hong Kong, el gobierno de Singapur decidió trasformar su estructura de producción basada en las manufacturas por las industrias de alta tecnología y valor agregado para aumentar la competitividad de su economía. Entre 1979 y 1981, como parte de esta estrategia, las autoridades decidieron aumentar los salarios de la población en 36% como una medida para desalentar el arribo y, al mismo tiempo, propiciar la salida del país de aquellas industrias intensivas en mano de obra barata y poco calificada ya establecidas. De manera paralela, se recurrió a exenciones fiscales y se invirtió en educación y capacitación de la fuerza de trabajo para atraer industrias de alta tecnología intensivas en capital.

Hasta 1985, la conducción de la economía por parte del Estado parecía caminar sin mayores problemas. Sin embargo, en ese mismo año se presentaron algunos signos de una recesión económica global que ponía en evidencia cierta rigidez estructural interna que tenía que ver, entre otros aspectos, con la fuerte dependencia de la economía respecto a las manufacturas, lo cual se reflejaba en una disminución en la rentabilidad de las empresas multinacionales ante cualquier cambio en la demanda externa de bienes. Esto trajo como consecuencia una nueva orientación del modelo desarrollista del Estado a partir de la liberalización y una mayor internacionalización de su economía, con la finalidad de transformar a Singapur en un centro regional especializado en servicios tecnológicos, financieros y empresariales del sureste de Asia, y en donde la participación del sector privado resulta de fundamental importancia.

Respecto al cambio en la estructura de producción, se puede subrayar que mientras el valor de las manufacturas como proporción del PIB ha mostrado un marcado descenso en las últimas dos décadas, los servicios han experimentado un crecimiento constante al pasar de 39 a 67% del PIB. No obstante, es importante subrayar que la caída del sector manufacturero no es generalizada ni ha afectado a todas las industrias.

Desempeño de algunos indicadores socioeconómicos

Educación. De acuerdo con el Censo de Población del año 2000, la alfabetización ha alcanzado altos niveles en Singapur gracias a que la población en general ha aprovechado las oportunidades que el Estado le ha brindado para su educación. Para el 2000, el 93% de la población de 15 años y más eran alfabetos, en comparación con la tasa de alfabetización de 89% que se tenía en 1990. Al mismo tiempo, como resultado de la política de educación bilingüe, son cada vez más los residentes que dominan varios idiomas, lo cual se ha reflejado en un aumento en la proporción de la población que habla dos o más idiomas. Cabe señalar que los singapurenses han mejorado su nivel de alfabetización en el idioma inglés, el cual es considerado en algunos círculos como el idioma empresarial internacional. Por otra parte, también ha habido un mejoramiento significativo en cuanto a la cobertura y calidad del sistema educativo, es decir, que no sólo ha habido un aumento en el grado de cobertura de los servicios educativos sino también en el desempeño de los alumnos.

Empleo. La creciente sofisticación de la economía y la constante demanda de mano de obra calificada han dado como resultado importantes cambios en la estructura del empleo, observándose una considerable proporción de la fuerza de trabajo ubicada en los grupos ocupacionales altamente calificados y mejor pagados. Entre 1990 y 2000, la proporción de directivos, profesionistas y trabajadores técnicos pasó de 24 a 36% del total de los empleos. Por el contrario, los empleados en la producción de manufacturas disminuyeron su participación en el empleo total al pasar de 29 a 21%

Ingreso. El crecimiento de la economía de Singapur se ha reflejado en un aumento en el ingreso de la población en general, lo que a su vez se ha traducido en un mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes. De acuerdo con cifras del Banco Mundial, para el 2000 este país alcanzó un ingreso per cápita de 24.900 dólares internacionales, ocupando el lugar 21 a nivel mundial en este rubro y tercero entre las economías de Asia Pacífico, sólo detrás de Japón y Hong Kong. Por otro lado, mientras que el ingreso doméstico se ha incrementado notablemente, el número de miembros de la familia que trabaja ha descendido, ya que el promedio de los trabajadores se redujo de 2 a 1.6 personas por familia durante la última década.

Vivienda y condiciones de vida. La gran mayoría de los habitantes de Singapur son propietarios de las viviendas en donde viven. Actualmente más de 90% de los residentes cuentan con casa propia y la mayoría de ellos han visto mejorar la calidad de sus viviendas. En el 2000, casi 70% vivían en casas de cuatro recámaras, lo que habla del repunte en la calidad de vida de los singapurenses en los últimos años. Este mejoramiento también es resultado de una reducción en el número de los miembros familiares. Las familias extensas y los hogares con varias familias dentro del mismo han estado disminuyendo, conforme aumenta la tendencia entre los matrimonios jóvenes de separarse de los hogares de sus padres. Otro fenómeno actual es la creciente tendencia entre las parejas casadas a retrasar la decisión de tener hijos o bien a reducir el número de estos.

Medios de transporte. En Singapur, el automóvil se ha convertido en el medio de transporte más común entre la población. Hoy en día casi una cuarta parte de las personas que trabajan se trasladan diariamente a sus lugares de trabajo en automóvil y cada vez son más los estudiantes que lo utilizan. No obstante, el transporte público continúa siendo el principal medio de transporte entre los trabajadores y estudiantes, gracias a la prosperidad tanto en la infraestructura como en la calidad de los servicios


Adaptado de López Jiménez, José Jaime.
Prosperidad económica y social en Singapur, 2002.


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